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Padecimientos

¿A qué edad se diagnostica el TDAH?

El trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno en el desarrollo neuropsicológico que se caracteriza por niveles inapropiados de hiperactividad, impulsividad e inatención que llegan a afectar la vida de la persona que lo padece.

El diagnóstico se realiza mediante una serie de pruebas y escalas estandarizadas y puede realizarse a partir de la edad de 4 años por un neuropediatra o referido a un neuropsicólogo.

Si sospechas o quieres saber si tu hijo padece TDAH, en Neurocenter contamos con especialistas en neuropediatría y neuropsicología que podrán ofrecerte un diagnóstico acertado y un tratamiento adecuado para tu hijo o hija.

Existen diferentes opciones de tratamiento: farmacológico, educacional y terapia cognitivo conductual, éstos pueden ofrecerse en conjunto o adaptarse a las necesidades y deseos de cada paciente.

¿Cómo sé si mi hijo tiene TDAH?

El TDAH es un trastorno en el cual puede predominar la inatención o la hiperactividad. Son niños o adultos que han presentado dificultad para prestar atención y son inquietos desde antes de los 12 años, en más de 2 ambientes (casa, escuela, con amigos) y durante al menos 6 meses.

Muchos niños pueden presentar problemas de atención o hiperactividad sin realmente interferir con su funcionamiento, sin embargo los niños que padecen TDAH se ven afectados por el pobre desempeño en el área social, académica u ocupacional que el trastorno puede generar. Algunas manifestaciones que se pueden presentar de acuerdo a la edad de la persona son las siguientes:

Niños pequeños

Suelen iniciar con síntomas de hiperactividad o impulsividad a los 4 años, pero la inatención se presenta hasta los 8 o 9 años. Los niños persisten continuamente inquietos y realizan actividades que los ponen en riesgo.

Señales de alarma para inatención

  • No presta atención a los detalles
  • Dificultad para mantener la atención 
  • Dificultad para escuchar
  • Dificultad para completar tareas 
  • Dificultad para organizarse
  • Pierde sus cosas constantemente
  • Se distrae fácilmente
  • Distraído

Señales de alarma para hiperactividad e impulsividad

  • Se mantiene inquieto: A pesar de estar sentado se encuentra realizando movimientos con sus manos o pies dando golpes a la mesa o al piso.
  • Se mantiene de pie cuando los demás se encuentran sentados: Encuentra excusas para levantarse de su asiento como ir al baño.
  • No se entretiene con juegos apacibles: Busca juegos en donde se encuentre corriendo, escalando o manteniéndose en constante movimiento, no suelen gustarles los rompecabezas o realizar manualidades. 
  • Habla excesiva
  • Interrumpe conversaciones 
  • Es intrusivo: Suele tomar cosas que no le pertenecen sin pedir permiso para usarlo o entrometerse en las actividades que otra persona se encuentra haciendo. 
  • Dificultad para esperar su turno

¿Por qué no dejarlo pasar?

Si sospechas que tu hijo o alguien más puede presentar TDAH es importante buscar atención médica, ya que sin un tratamiento adecuado la dificultad para incorporarse de forma adecuada al ambiente laboral, escolar o social es mayor.  Además hasta el 60% de los pacientes presentan otros trastornos neuropsiquiátricos que ameritan tratamiento como personalidad desafiante, trastornos del ánimo, ansiedad, problemas del lenguaje, autismo, depresión o tics.

No se trata sólo de un problema de la conducta, sino de un trastorno de la regulación de neurotransmisores (dopamina norepinefrina, serotonina) e incluso en algunos pacientes se puede encontrar un cerebro diferente en comparación a las personas sin este diagnóstico. Las personas que reciben el diagnóstico hasta la edad adulta, usualmente lamentan no haber tenido el diagnóstico y tratamiento durante la niñez puesto que muchas de las actividades realizadas a lo largo de los años pudieron haber sido más fáciles de llevar a cabo.

¿Qué esperar en la consulta?

Debido a que el diagnóstico en base a pruebas neuropsicológicas se debe de esperar una serie de preguntas acerca del comportamiento del niño o adulto, así como las referencias que se han recibido por parte de maestros o cuidadores que suelen estar en contacto estrecho con la persona. Se debe dar importancia a los reportes que el niño ha recibido en la escuela, si ha presentado problemas para aprender a leer, hablar, escribir o hacer amigos.

Parte del abordaje diagnóstico incluye excluir otras causas que puedan explicar la inatención o hiperactividad, por ejemplo problemas de la vista, sordera, enfermedades de la tiroides e incluso abuso de sustancias. 

Una vez que se realiza el diagnóstico se hablará acerca de las opciones de tratamiento que se adapten a las necesidades del niño o adulto. Para esto influye el grado de TDAH (leve, moderado o severo) y la etapa de vida en la que se encuentra. Para niños de 4 a 5 años se sugiere iniciar con terapia conductual en la cual se involucra a padres y maestros. En el resto de los grupos de edad los medicamentos son la primera línea de tratamiento, sin embargo no se debe dejar de lado las intervenciones conductuales y psicosociales como la rehabilitación neuropsicológica ya que suelen facilitar de forma importante el desempeño de la persona en diferentes áreas.