Neuropediatra en Monterrey

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¿Cuándo acudir al neuropediatra?

Pensar que nuestro hijo o hija puede tener un padecimiento neurológico causa mucha preocupación, miedo e incertidumbre, y aunque no significa que sea una situación de gravedad, sí es importante saber cuándo acudir al neuropediatra con nuestros hijos.

De manera tradicional suele ser el pediatra del menor quien refiere a los padres a una consulta neurológica, sin embargo existen ciertas señales que nos pueden advertir que existe algún padecimiento o trastorno neurológico que requieren una evaluación con un neurólogo infantil.

En Neurocenter tenemos la certeza de que con nuestra propuesta alternativa de atención y nuestra robusta comunidad de profesionales podemos detener las pérdidas y ayudarte a ganar todo aquello que, quien nos busca, requiere para tener una vida plena. 

Puedes buscar la opinión de un neurólogo pediatra si sospechas alguna de las siguientes circunstancias:

– Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) 

  • Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos
  • Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente
  • Tiene dificultades para seguir instrucciones
  • Tiene problemas para organizar tareas y actividades
  • Se distrae fácilmente
  • Se olvida de hacer algunas actividades diarias, como las tareas del hogar

– Hay algún retraso en el desarrollo, global y motor.

  • El pequeño empieza a gatear después de los 12 meses.
  • No señala las cosas que le interesan.
  • No muestra interés por los juguetes y los juegos.
  • No reacciona cuando le llaman por su nombre o le muestran objetos que deberían despertar su interés.
  • No reconoce los sonidos familiares como las voces de sus padres
  • No puede imitar acciones o sonidos por más sencillos que sean.

– Hay algún trastorno de lenguaje.

  • Dificultad para entender a otras personas.
  • Problemas para seguir instrucciones.
  • Tener dificultad para juntar las palabras en oraciones.
  • Tener dificultad para encontrar las palabras correctas al hablar.
  • Dejar palabras por fuera de las oraciones al hablar
  • Usar ciertas frases una y otra vez, y repetir partes o todas las preguntas
  • Emplear tiempos (pasado, presente, futuro) inadecuadamente

– Se han presentado crisis epilépticas (ausencias, convulsiones, etcétera) con o sin fiebre.

– Discapacidad intelectual.

  • Falta o retraso del desarrollo de habilidades motoras, destrezas del lenguaje y habilidades de autoayuda.
  • Comportamiento infantil continuado.
  • Falta de curiosidad.
  • Problemas para mantenerse al día en la escuela.
  • Incapacidad para adaptarse (ajustarse a nuevas situaciones).
  • Dificultad para entender y acatar reglas sociales.

 

– Trastornos del aprendizaje escolar como la dislexia.

– Dolor de cabeza.

– Trastornos del espectro autista

  • No mantiene contacto visual o establece muy poco contacto visual.
  • No responde a la sonrisa ni a otras expresiones faciales de los padres.
  • No suele tener expresiones faciales adecuadas.
  • No demuestra preocupación (empatía) por los demás.
  • Es incapaz de hacer amigos o no le interesa hacerlo.
  • No dice palabras sueltas a los 16 meses.
  • No responde cuando lo llaman por su nombre pero sí responde a otros sonidos 
  • No comienza ni puede continuar una conversación.
  • Puede tener buena memoria, especialmente para los números, las letras, las canciones, las canciones publicitarias de la televisión o un tema específico.
  • Se mece, da vueltas, se balancea, se tuerce los dedos, camina en la punta de los dedos de los pies durante largo tiempo.
  • Prefiere las rutinas, el orden y los ritos
  • Se obsesiona con algunas actividades inusuales, que hace de forma repetitiva durante el día.
  • Parece no sentir dolor.

Si identificas alguno de los síntomas antes mencionados, es importante entonces agendar una consulta con un neuropediatra.

¿Qué debo llevar a la consulta?

Sobre todo en la primera consulta, es muy útil anticiparse y tener a la mano información general del paciente, datos del embarazo y nacimiento.

 

– Los antecedentes obstétricos de la madre, es decir, datos y complicaciones que pudieran presentarse durante el embarazo y el parto.

– Datos del nacimiento del paciente (peso, talla, perímetro de la cabeza, situaciones especiales).

– Preguntas clave sobre el neurodesarrollo (cuando empezó a caminar, gatear, sonreír, levantar su cabeza, sentarse, primeras palabras, etc).

 

Si es posible que acudan los familiares o cuidadores que convivan más con el paciente, o que hayan presenciado el evento (por ejemplo en el caso de crisis convulsivas).

 

Algún otro tipo de herramientas como videos o fotografías que permitan ver el desarrollo del niño, y en caso de contar con estudios o valoraciones médicas previas. 

 

Si consideras que tu hijo o hija requiere de una consulta con un neuropediatra, es importante tomar en cuenta que un gran porcentaje de casos no resultan de gravedad, por lo que cabe ser optimista y considerar siempre que si se está buscando una opinión especializada, el menor recibirá la atención adecuada.

Dirección:

Sayula 306, Mitras Sur
Monterrey, Nuevo León
C.P. 64020