Cuando un niño o adolescente presentan parálisis facial lo recomendable es acudir con el especialista, que en este caso es el neurólogo pediatra.
La neurología pediátrica se encarga del estudio de las enfermedades del sistema nervioso central y periférico que afectan a los niños desde el nacimiento hasta la edad adulta.
Aunque suele corresponder a situaciones no graves, lo ideal es la valoración por el especialista, con la intención de descartar causas graves y de iniciar un tratamiento óptimo.
¿Cómo se diagnostica la parálisis facial en niños?
El diagnóstico de la parálisis facial es clínico, es decir, se realiza mediante una historia clínica y una exploración neurológica completa. En algunas ocasiones puede ser necesario solicitar estudios de sangre o estudios especializados como tomografía de encéfalo o resonancia magnética de encéfalo, aunque ésta decisión le corresponde al especialista.
Tanto el tratamiento como el pronóstico van a depender de la causa de la parálisis. Cuando se trata de una parálisis por alguna complicación del trabajo de parto, el pronóstico suele ser bueno con una recuperación a lo largo de los primeros meses de vida.
Si se trata de una parálisis de Bell, el pronóstico suele ser bueno con adecuada recuperación, aunque a veces puede ser incompleta, persistiendo pequeños datos que generalmente pasan desapercibidos.
La recuperación depende de qué tan severa es la parálisis facial, de la causa y del tiempo transcurrido hasta iniciar el tratamiento.
Para el tratamiento pueden utilizarse medicamentos como los esteroides, que poseen un efecto antiinflamatorio importante, aunque suelen darse durante las etapas iniciales, ya que no se ha visto beneficio después de los primeros días.
La piedra angular para la recuperación son los ejercicios de rehabilitación que permiten recuperar la función hasta cierto punto.
¿Qué es la parálisis facial?
La parálisis facial es una condición en la que los músculos de la cara se ven afectados de manera parcial o total, como consecuencia de una lesión del nervio facial que se encarga de controlar los músculos de la expresión facial.
Cuando se produce una parálisis facial, una parte de la cara pierde movilidad y en ocasiones sensibilidad.
¿Cuántos tipos de parálisis facial existen?
El tipo más común de parálisis facial se llama parálisis facial periférica o parálisis de Bell, y como mencionamos anteriormente, se debe a una lesión del nervio facial, que principalmente puede estar asociada a infecciones virales, aunque puede tener distintas causas. Este tipo de parálisis no suele representar una situación de urgencia o de gravedad, es decir, no pone en peligro la vida.
Otro tipo de parálisis facial menos común es la parálisis de tipo central, en la que existe un daño a nivel del sistema nervioso central que puede ser producido por ejemplo por un infarto cerebral, y a diferencia de la parálisis facial periférica, si se considera una situación de gravedad.
¿Qué tan frecuente es?
La parálisis facial de tipo periférico es una condición hasta cierto punto frecuente en los adultos con una incidencia estimada de hasta 40 casos por cada 100,000 personas al año.
Sin embargo, también puede presentarse durante la infancia y adolescencia, con reportes que estiman una incidencia de entre 2.5 a 5 casos por cada 100,000 niños al año.
Causas de parálisis facial
La causa de parálisis facial en los niños suele ser también la parálisis de Bell, con infecciones virales como la principal causa, sobre todo infección por virus del herpes, varicela, mononucleosis, etc.; infecciones bacterianas como la enfermedad de Lyme (transmitida por la picadura de una garrapata), infección del oído (otitis), traumatismos, entre otros.
La parálisis facial también puede presentarse en los recién nacidos como consecuencia a un traumatismo. Esto ocurre sobre todo durante el parto natural con bebés de peso elevado, cuándo la mamá es primípara (es su primer embarazo), bebés prematuros o cuando es necesario el utilizar algunos instrumentos como los fórceps.
Si bien es cierto que existen causas genéticas, éstas son muy poco frecuentes y generalmente se presentan junto a otras manifestaciones.

Manifestaciones de la parálisis facial
La parálisis facial periférica se acompaña de afección motora y sensitiva. Cuando se presenta suele ser muy evidente ya que se manifiesta como una incapacidad para mover los músculos de la expresión facial de un lado de la cara, por lo que se podrá apreciar lo siguiente:
- Pérdida del pliegue naso labial (pliegue entre la nariz y el labio superior).
- Pérdida de líneas de expresión, sobre todo a nivel de la frente.
- La comisura de la boca se desvía hacia el lado sano, apreciándose como “boca chueca”. Esto además se acompaña de caída de saliva por el lado afectado, incapacidad para inflar los cachetes o soplar.
- Incapacidad para cerrar el párpado del lado afectado, lo que en ocasiones genera lagrimeo.
- Incapacidad para elevar la ceja del lado afectado.
Entre las manifestaciones sensitivas se puede presentar dolor, parestesias (hormigueos del lado afectado) o alteraciones para percibir sabores.
Tratamiento de la parálisis facial infantil
Si sospechas que un niño tiene parálisis facial, es importante consultar a un médico para obtener un diagnóstico y tratamiento adecuados.
La parálisis facial infantil, también conocida como parálisis de Bell en niños, es una afección que afecta la función del nervio facial, causando debilidad o parálisis en un lado de la cara. El tratamiento puede variar según la gravedad y la causa de la parálisis.
Algunas opciones de tratamiento pueden incluir:
- Corticosteroides: Los médicos pueden recetar corticosteroides, como la prednisona, para reducir la inflamación del nervio facial y mejorar la recuperación.
- Antivirales: Si la parálisis facial está relacionada con una infección viral, como el virus del herpes simple, el médico puede recetar medicamentos antivirales.
- Analgésicos: Para aliviar el dolor o la molestia, se pueden administrar analgésicos de venta libre o recetados.
- Terapia física: La fisioterapia puede ayudar a mejorar la fuerza y la coordinación muscular en la cara, y puede incluir ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.
- Terapia ocupacional: Puede ser útil en casos de parálisis facial más graves, donde los niños pueden necesitar aprender nuevas formas de realizar tareas diarias.
- Terapia del lenguaje: Si la parálisis facial afecta la capacidad del niño para hablar, la terapia del lenguaje puede ayudar a mejorar la comunicación.
- Cuidado ocular: Es importante proteger el ojo del lado afectado si no cierra completamente, utilizando lubricantes oculares o un parche.
- Cirugía: En casos raros y graves, se puede considerar la cirugía para mejorar la función del nervio facial o los músculos faciales.
Es esencial seguir las indicaciones del médico y acudir a las citas de seguimiento para monitorear el progreso del niño y ajustar el tratamiento según sea necesario. La mayoría de los niños con parálisis facial se recuperan con el tiempo, aunque la velocidad y el grado de recuperación pueden variar.
