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Padecimientos

Puede un niño de 3 a 6 años tener trastornos del sueño

Los trastornos del sueño son un motivo frecuente de consulta con el neurólogo pediatra, incluyendo a los niños entre 3 a 6 años. Si bien muchas veces pasan desapercibidos o no se les da la apropiada atención, cuando no son tratados tienen un gran impacto en la calidad de vida del niño.

Cuando un niño padece un trastorno del sueño puede ver afectados:

  • Su desempeño escolar
  • Sus relaciones interpersonales
  • Su estado de ánimo
  • Su crecimiento biológico
  • Su neurodesarrollo.

Tipos de trastornos del sueño en niños entre 3 a 6 años

Los niños tienen 2 fases del sueño: sueño activo y sueño tranquilo, equivalentes al sueño REM y sueño no REM del adulto. En los primeros meses de vida el sueño activo abarca la gran mayoría del sueño, el cual va disminuyendo gradualmente hasta ser sólo una cuarta parte, similar al adulto. Todo esto ocurre por la maduración del cerebro del niño. 

Los trastornos del sueño incluyen:

  • Insomnio. Se resume en una dificultad para conciliar el sueño y permanecer dormido. La gran mayoría de las veces se debe a factores conductuales, ocasionando una higiene del sueño inadecuada. Es más común en niños con algún trastorno psiquiátrico o del neurodesarrollo. Puede presentarse como dificultad para conciliar o mantener el sueño.
  • Parasomnias. Son anomalías que se presentan durante el sueño. Las más comunes son las pesadillas, terrores nocturnos y sonambulismo. Estos trastornos se han relacionado con cierta inmadurez del sistema nervioso central, por lo que la mayoría suele remitir con la edad. Sin embargo, también puede existir una predisposición genética, siendo más frecuente en niños cuyos padres también presentan o presentaron en su infancia algún tipo de parasomnia.
  • Hipersomnias. Son los trastornos del sueño que se presentan con sueño excesivo. La más conocida es la narcolepsia, un trastorno con importante relación genética que se caracteriza por sueño excesivo y repentino, en algunos casos con cataplejía. 
  • Trastornos del sueño relacionados con la respiración como apnea del sueño
  • Alteraciones del ritmo circadiano. Puede ser secundario al “jet lag”, es decir, desfase del sueño por cambio en la zona horaria, frecuentemente observado posterior a un viaje entre 2 sitios con importante diferencia de zona horaria.
  • Alteraciones relacionadas con movimientos anómalos del sueño. Algunos trastornos benignos observados principalmente en niños chiquitos son el “head banging”, “body rolling” y “head rolling”. La mayoría está presente en niños normales y desaparecen antes de los 4 años.

¿Cómo saber si mi niño tiene un trastorno del sueño?

Existen síntomas muy obvios de un trastorno del sueño como:

  • Problemas para conciliar el sueño y permanecer dormido
  • Pesadillas o terrores nocturnos
  • Sonambulismo
  • Sueño diurno.

Sin embargo, también pueden presentarse inicialmente o solo como:

  • Bajo rendimiento escolar debido al poco sueño o sueño de mala calidad
  • Trastornos del ánimo como depresión, ansiedad o enojo
  • Falta de control de impulsos
  • Problemas conductuales
  • Neurodesarrollo alterado presentando déficit en el desarrollo cognitivo.

¿Qué hacer si mi niño tiene un trastorno del sueño?

Si sospechas que tu niño puede tener un trastorno del sueño es importante acudir con un especialista en el área, en este caso se trata del neurólogo pediatra, un médico que estudió pediatría y se especializó en los trastornos neurológicos de los niños, incluyendo trastornos del sueño.

Al acudir a la consulta el doctor preguntará sobre el patrón del sueño del niño, cómo fue su neurodesarrollo, preguntará sobre enfermedades que padezca él y su familia y realizará una correcta exploración física neurológica. T

ambién es importante realizar un calendario con los horarios de sueño del niño, incluyendo la hora a la que se durmió, la hora a la que despertó, si tuvo pesadillas, sonambulismo o alguna otra alteración del sueño, así como síntomas o cosas que hayan pasado al día siguiente.

Con los datos clínicos el médico determinará si es suficiente para establecer un diagnóstico o si será necesario realizar algún otro estudio para poder determinar exactamente de qué trastorno del sueño se trata y así poder otorgar el tratamiento adecuado. 

Algunos de los estudios que ayudan a establecer un diagnóstico son el electroencefalograma, la polisomnografía y la resonancia magnética del cerebro. Estos estudios ayudarán a descartar otros diagnósticos diferenciales como epilepsia o alguna lesión estructural como posibles causantes de los síntomas.

Además de que la polisomnografía es de gran utilidad para el estudio completo del sueño ya que ayuda a evaluar la actividad cerebral, física y la respiración durante el sueño.

Una vez establecido el diagnóstico el neuropediatra determinará cuál es el tratamiento a seguir. Suele iniciar con medidas de higiene del sueño para corregir los horarios y buenos hábitos de sueño. En casos que no respondan con estas medidas o casos muy severos pueden requerir de algún tratamiento farmacológico.

En casos que tengan un importante impacto social, emocional y personal suelen requerir de terapia cognitivo conductual con un psicólogo o neuropsicólogo para tratar las consecuencias de un sueño inapropiado como depresión, ansiedad o trastornos conductuales.